Por robe El cine tomó la palabra en el discurso de agradecimiento de Enrique Cerezo, que el martes recogió la Medalla de Oro 2025 de la Academia de Cine en una emotiva ceremonia que se celebró en el madrileño Teatro Albéniz. “Nací en el cine, vivo en el cine y moriré en el cine. Eso es, en esencia, la vida…y la vida también es cine”, manifestó el productor y distribuidor conmovido por los elogios, las felicitaciones y los aplausos que sus muchos amigos, en vivo y vía vídeo, le dedicaron en la entrega de este “maravilloso reconocimiento”. Un acto conducido por el actor y director José Sacristán en el que esta figura capital en la industria cinematográfica española subrayó que el cine “es arte y memoria. Una memoria colectiva que merece ser cuidada, preservada y compartida” y reiteró lo mucho que le había dado el cine español, “que es parte de todos nosotros, de nuestra cultura”.
El que también es el presidente de EGEDA (entidad de gestión de derechos de los productores audiovisuales) y motor de la única plataforma de cine español –FlixOlé– recordó sus inicios como proyeccionista en un colegio de Segovia, su bautizo laboral con Un millón en la basura, a los intérpretes, directores, productores y técnicos con los que ha trabajado a lo largo de seis décadas –López Vázquez, Juanjo Menéndez, Julia Gutiérrez Caba, Antonio Resines, Santiago Segura, María Barranco, Richard Widmark, Michael York, Sean Connery, Charlton Heston, José María Forqué, George Cukor, José Luis Garci, Emilio Martínez-Lázaro, Manuel Gutiérrez Aragón, Alex de la Iglesia, Juan Mariné, Domingo Solano, Pedro Masó…-.
“Todos ellos me enseñaron que el cine era más que un trabajo”, destacó este conocido profesional, que repasó los muchos oficios que ha desempeñado en nuestro cine –meritorio, ayudante de cámara, foquista, dueño de videoclub, productor, presidente de la entidad de los productores, restaurador, conservador, difusor–.
Propietario de un enorme fondo fílmico –11.000 títulos–, el mayor del mundo en manos de una sola persona, Cerezo reconoció que la restauración y conservación de nuestro legado cinematográfico era una labor “que me apasiona. El cine no solo se proyecta: también se guarda, se cuida y se rescata del olvido. Sin memoria no hay identidad, y sin identidad, no hay cultura”, dijo.
Cerezo, que participó en el nacimiento de EGEDA, entidad de la que es presidente, también se acordó de las más de 90 historias que ha levantado –Juana La Loca, El oro de Moscú, La hora de los valientes, El perro del hortelano, Yoyes, La buena estrella, Tirano Banderas, Mi gran noche, Las 13 rosas, La carta esférica, You’re The One y 1898 Los últimos de Filipinas, entre otras– y reivindicó al productor/a “porque sin ellos no hay producción” en la noche en la que recogió “el mejor premio que puedo recibir”.
Rodeado de su familia, Enrique Cerezo recibió la distinción de manos del presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez-Leite. Por su parte, Fernando Trueba, Antonio Resines, Santiago Segura, María Barranco, Emilio Martínez-Lázaro, Cayetana Guillén Cuervo y Miguel Ángel Benzal –CEO de EGEDA– participaron en el homenaje, en el que no faltó un vídeo de felicitaciones al premiado –Mariano Barroso, José Luis Garci, Salvador Calvo, Amaia Salamanca, Elena Sánchez, Gerardo Herrero, Raphael, Álex de la Iglesia, Carmen Posadas, Pilar García de la Granja, Miguel Riaño y Simeone, Lola Gallardo y Koke, entrenador y capitanes del Atlético de Madrid equipo femenino y masculino–.
Cristina Huete, Eduardo Campoy, Mabel Lozano, Manuel Gutiérrez Aragón, Fernando Guillén Cuervo, Montxo Armendáriz, Puy Oria, Emma Lustres, el vicepresidente de la Academia de Cine, Rafael Portela, miembros de la Junta Directiva de la institución; Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid; Ernest Urtasun, ministro de Cultura; Marta Rivera de la Cruz, concejala de Cultura de la Comunidad de Madrid; y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, entre otros, asistieron a la ceremonia.